España

Rizado

Yecla,

2020

80,00 

Tipo de vino: Tinto
Bodega: Bodegas Trenza
Graduación: 15%
Variedades:

Características

Dulzor
Acidez
Taninos
Alcohol
Cuerpo
Intensidad
Final

Rizado es la expresión más personal y ambiciosa de Bodegas Trenza.

Es un vino de autor hecho para expresar la riqueza, la elegancia y el carácter profundo de la variedad Monastrell cuando se trabaja con paciencia, precisión y respeto por la tierra. Concebido como una obra personal, Rizado es una interpretación única de una variedad tradicional que cobra vida a través de un enfoque meticuloso en cada etapa del proceso.

Las uvas que dan origen a Rizado fueron cosechadas manualmente el 7 de octubre de 2020, seleccionadas cuidadosamente en viñedos antiguos y transportadas en pequeñas cajas de 15 kg para preservar su integridad. Al llegar a bodega, se enfriaron a 4°C durante 24 horas, favoreciendo una maceración más delicada y una extracción controlada de aromas y color. La selección fue doble: un equipo especializado escogió racimos de calidad excepcional, de los cuales solo el 50% fue despalillado; el resto se fermentó con racimo entero para aportar complejidad, frescura y una estructura natural al vino.

La fermentación alcohólica se llevó a cabo directamente en barricas de roble francés de 500 litros, donde también se realizaron bazuqueos manuales entre dos y cuatro veces al día durante 18 días, permitiendo una extracción lenta y respetuosa de los compuestos fenólicos. Finalizado este proceso, el vino fue prensado e introducido nuevamente en las mismas barricas para realizar la fermentación maloláctica de forma espontánea.

Rizado permaneció 24 meses en estas barricas de gran volumen, afinándose lentamente, desarrollando capas de profundidad y complejidad que hoy se revelan en un vino redondo, armónico y singular. Es el resultado de una visión clara: crear un Monastrell excepcional que hable del terruño, del saber hacer y de la identidad propia de Bodegas Trenza.

Un vino con alma, concebido para dejar huella.

VISTA: Rojo rubí profundo, con lagrima gruesa.

NARIZ: Aromáticamente complejo e intenso, despliega en primer plano notas de fruta negra muy madura (ciruelas, moras, arándanos), seguidas de matices balsámicos, regaliz y sutiles recuerdos florales. Con la aireación aparecen capas de cacao, clavo, pimienta negra y tostados elegantes del roble francés.

BOCA: En boca es amplio, envolvente y muy bien estructurado. La entrada es carnosa, con taninos presentes pero pulidos, perfectamente integrados. Destaca su equilibrio entre potencia y finura, con una acidez que sostiene el vino y le aporta frescura. El retrogusto es largo, con recuerdos de fruta licorosa, especias dulces y ahumados nobles.

Un final persistente, redondo y seductor. Un vino con carácter, profundidad y gran potencial de guarda.

Chuletón, T-bone o Tomahawk: Un maridaje estrella para los amantes de los tintos potentes y los grandes cortes de carne, ideal para los que buscan una experiencia completa, donde en cada bocado la carne y el vino se complementen continuamente.

Ojo de bife o Bife de chorizo: El carácter profundo del Monastrell envejecido acompaña perfectamente los matices ahumados y grasos de estas carnes. La estructura del vino equilibra su jugosidad y realza su sabor.

Entraña y Vacío: Carnes sabrosas y fibrosas, perfectas para un tinto con presencia. Rizado aporta estructura y acidez suficiente para equilibrar su textura y realzar su sabor, especialmente si se acompañan de chimichurri u otros toques especiados.

Solomillo con salsa de boletus: La suavidad del corte se ve enriquecida por la profundidad del vino, mientras que los boletus hacen eco de sus notas terciarias.

Rabo de toro y Canelón de rabo: La riqueza del guiso se complementa con la textura sedosa y los aromas especiados y de fruta madura del vino.

Brioche de vacío y Taco de costilla: El toque dulce y la textura melosa de estos platos encuentran armonía con las capas frutales y el fondo de madera y especias de Rizado.

Mollejas, Morcilla y Chorizo criollo: Combinan muy bien con la complejidad del vino, especialmente si se acompañan de chimichurri u otros toques especiados.

Provoleta: La textura fundente y salinidad del queso contrastan deliciosamente con la estructura del vino, creando un maridaje hedonista y potente.