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D.O. Yecla | Monastrell, Cabernet Sauvignon, Garnacha Tintorera
Un vino que cuenta la historia de dos hermanos, una tierra y una pasión común.
Trenza Family Collection 2020 es el vino insignia de Bodegas Trenza y representa un proyecto personal cargado de emoción. «Es un sueño hecho realidad», afirman los hermanos Tofterup, quienes han unido sus trayectorias internacionales para crear un vino que trenza sus estilos, experiencias y raíces. Un homenaje a la Monastrell de viñas viejas, al terruño de Campos Arriba (Yecla), y al enorme potencial de esta D.O. del sureste español.
Este coupage de 84% Monastrell, 8% Cabernet Sauvignon y 8% Garnacha Tintorera, procede de viñedos cultivados en secano a más de 850 metros de altitud. Las uvas se vendimian a mano en cajas pequeñas, se enfrían y maceran en frío durante 72 horas para preservar la frescura y potenciar su expresión frutal. La fermentación se realiza con bazuqueos y remontados suaves para lograr una extracción delicada. El vino se cría durante 24 meses en barricas nuevas de roble francés de 500 litros, aportando complejidad, estructura y elegancia.
VISTA: Rubí opaco con lagrima gruesa.
NARIZ: Aromas profundos a cerezas y ciruelas maduras combinadas con una rica mezcla de especias asiáticas, roble tostado y caja de puros.
BOCA: En el paladar, las frutas negras son intensificadas por las notas de chocolate, roble tostado y capuchino. El vino es de cuerpo completo, llenando la boca con taninos maduros y jugosa fruta. El final es largo.
Tataki de ternera: El punto jugoso de la carne y su ligera caramelización se realzan con la fruta negra madura y los taninos pulidos del vino.
Mollejas: Especialmente cuando están doradas o con notas ahumadas, ganan cuerpo junto al carácter frutal, especiado y ligeramente tostado del vino.
Brioche de vacío: El dulzor del pan y la untuosidad del vacío contrastan armónicamente con la estructura del vino.
Canelón de rabo de toro: Este plato encuentra en Trenza un aliado ideal; la riqueza del guiso y la melosidad del rabo se ven equilibradas por la acidez del vino y su crianza en roble, que aporta un contrapunto especiado.
Solomillo con salsa de boletus: La nobleza del corte y la cremosidad de la salsa encuentran en el Trenza un acompañamiento que respeta la delicadeza de los ingredientes, añadiendo complejidad sin robar protagonismo.
Secreto ibérico: El perfil graso y suculento de esta carne se ve perfectamente contrarrestado por la firmeza tánica y frescura del vino, aportando un contraste placentero y sabroso.
Bife de chorizo y Ojo de bife: Cortes jugosos, con buena infiltración de grasa. El vino resalta sus sabores con su intensidad frutal, taninos maduros y un fondo tostado elegante que limpia el paladar sin sobrecargarlo.
Entraña y Vacío: Carnes sabrosas y fibrosas, perfectas para un tinto con nervio. Trenza aporta estructura y acidez suficiente para equilibrar su textura y realzar su sabor, especialmente si se acompañan de chimichurri u otros toques especiados.
Chuletón y T-bone: Carnes de gran presencia y sabor profundo. Trenza no solo tiene la fuerza para acompañarlas, sino también la elegancia para elevarlas, con su complejidad, taninos redondos y final persistente.