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El año 2017 será recordado por la gran ola de frío que destruyó el 50% de los viñedos del Médoc. Sin embargo, los grandes terroirs se vieron favorecidos por su proximidad al río, que actuó como un amortiguador térmico. Este fue el caso de Malescasse, donde solo el 20% de las parcelas fueron afectadas. Un invierno frío y seco, con una escasez de precipitaciones del 78% en enero, seguido de un febrero y marzo suaves y lluviosos, resultó en un brote temprano de las vides. Durante el mes de abril se produjeron dos episodios de heladas (el 20-21 y el 27-28 de abril), que destruyeron casi la mitad de la cosecha de la Gironda. Estos episodios fueron similares a los que ocurrieron en la región en 1991. En 2017, las temperaturas descendieron hasta los -5°C en brotes de 10 cm. Afortunadamente, Malescasse se benefició de la protección proporcionada por el estuario de la Gironda. La floración fue rápida y homogénea, y los racimos que siguieron presentaron una excelente uniformidad. El verano fue excepcionalmente seco pero con temperaturas relativamente frescas. En septiembre, un período de lluvias puso en duda la salud de las vides, pero a partir del 23 de septiembre el sol regresó y los vientos del Noroeste detuvieron el desarrollo del hongo Botrytis. Finalmente, los vinos resultantes tienen una buena estructura de Cabernet, con un toque refinado y fácil de beber.
Variedades y Vinificación
Este vino está compuesto por un 50% de Merlot, 49% de Cabernet Sauvignon y 1% de Petit Verdot. El proceso de vinificación incluye despalillado vertical, selección manual en una mesa vibratoria, pesaje de la cosecha para obtener rendimientos más precisos y vinificación por gravedad, parcela por parcela, en pequeños depósitos de madera y hormigón (de 60 a 110 hl). No se realiza el estrujado. Se utilizan levaduras secas activas adaptadas a las características de la cosecha, con un periodo de maceración de 3 a 4 semanas. La extracción de los taninos es suave y selectiva mediante el pigeage, y se realizan breves bombeos. El prensado se realiza con una prensa neumática vertical. El contenido alcohólico es de 13°. El vino se cría durante 12 meses, de los cuales 2/3 se realizan en barricas de uno y dos vinos, y el 1/3 restante en cubas de madera.
VISTA: Granate profundo y oscuro.
NARIZ: Se distinguen notas de frutas rojas maduras y sutiles toques especiados, acompañados de una complejidad que refleja la estructura tánica del Cabernet Sauvignon.
BOCA: El vino es robusto pero refinado, con taninos bien integrados y un final largo y elegante. La excelente acidez asegura un equilibrio perfecto y hace de este vino una opción ideal tanto para disfrutar ahora como para guardar en botella durante varios años.
Carnes Rojas: La intensidad y la estructura del vino se complementan perfectamente con la textura y los sabores jugosos de estas carnes a la parrilla.
Tira de asado o costillar: Su carácter refinado y equilibrado marida bien con los cortes de carne más grasos, ayudando a limpiar el paladar entre bocado y bocado.
Solomillo con salsa de boletus: La complejidad y los sutiles matices de este vino resaltan con los sabores terrosos de la salsa de boletus, creando una armonía entre el vino y el plato.
Rabo de toro: Los taninos y la acidez del vino hacen una excelente compañía para platos como el rabo de toro, complementando la intensidad de la carne estofada.
Mollejas: Un plato con mucho sabor y textura que se ve realzado por la estructura del vino, creando una experiencia gastronómica rica.
Provoleta: Si buscas algo más ligero o como entrada, la provoleta, con su cremosidad y sabor ahumado, se ve maravillosamente acompañada por este vino.
Tacos de costilla: La mezcla de sabores y la suavidad de la costilla se ve destacada por los taninos del vino, que a su vez equilibran la grasa del plato.
Canelón de rabo de toro: El carácter robusto y profundo de este vino marida muy bien con el rabo de toro en salsa, aportando estructura y sofisticación al plato.
Brioche de vacío: La suavidad y el toque ligeramente dulce del brioche complementan muy bien la complejidad del vino, creando un contraste de sabores interesante y armónico.
Patatas bravas: Las patatas bravas, con su toque picante y la salsa especiada, también pueden armonizar con este vino, gracias a su capacidad para complementar sabores más intensos y ligeramente especiados.