Los vinos de la línea SICHEL son el resultado de la combinación perfecta entre la más avanzada tecnología y un profundo conocimiento vitivinícola. Cada botella representa una estricta selección de uvas, cuidadosamente escogidas para reflejar con fidelidad la identidad única de su denominación. Ofrecen una excelente relación calidad-precio, garantizando una experiencia de sabor y calidad excepcionales.
Origen y terroir
Situados a unos 40 km al sureste de Burdeos, entre el río Garonne y el bosque de Landes, los viñedos de SICHEL tienen una antigüedad de 50 años y se encuentran en un paisaje de suelos diversos, que van desde guijarros en las alturas hasta arenas en las llanuras, con un subsuelo arcilloso que aporta personalidad y carácter al vino. Esta región cuenta con un microclima ideal para la podredumbre noble del Botrytis, que, con la sucesión de mañanas neblinosas y días soleados en septiembre y octubre, concentra el azúcar y desarrolla aromas y sabores únicos.
Elaboración cuidada y artesanal
Las uvas Sémillon, Sauvignon y Muscadelle son vendimiadas a mano con varias pasadas para recoger solo las bayas sobremaduras y asegurar la máxima concentración de azúcar. La fermentación se realiza a temperatura controlada, nunca superando los 22°C, para preservar la frescura y la riqueza aromática. Cuando el vino alcanza entre 70 y 80 gramos por litro de azúcar residual, la fermentación se detiene para conservar su dulzura natural. La crianza en cubas durante 10 a 12 meses permite que el vino afine su textura y complejidad, resultando en un blanco licoroso dorado, fino, delicado y de gran cuerpo, con un bouquet aromático excepcional.
Un blanco licoroso de referencia mundial
SICHEL es considerado por muchos como el blanco licoroso número uno del mundo, una joya líquida que seduce por su equilibrio, su riqueza y su elegancia. Perfecto para quienes buscan un vino dulce de calidad superior, ideal para acompañar aperitivos, postres o quesos azules.
VISTA: Amarillo dorado brillante con reflejos ámbar, que denotan su carácter licoroso y madurez.
NARIZ: Intenso y complejo, con aromas a miel, frutas maduras como albaricoque y melocotón, notas florales sutiles y toques de vainilla y especias provenientes de la fermentación controlada y crianza en cubas.
BOCA: Entrada dulce y sedosa, con una acidez fresca y vibrante que equilibra perfectamente el dulzor natural. Es un vino de gran cuerpo, con textura untuosa y prolongado final donde reaparecen las notas frutales y florales, junto a un sutil toque de botrytis que aporta elegancia.
Final: Largo, persistente y envolvente, dejando una sensación armoniosa y refrescante que invita a seguir disfrutando.
Tiramisú: La frescura y dulzor controlado del vino SICHEL equilibran el amargor del café y el cacao, creando un contraste elegante y muy armonioso. El bouquet aromático del vino aporta notas florales que enriquecen la experiencia.
Panna Cotta de dulce de leche: La cremosidad y dulzura del dulce de leche se realzan con la riqueza y el cuerpo del vino licoroso, que aporta un contrapunto ácido para evitar que el postre resulte pesado.
Brownie: El dulzor y la estructura del vino acompañan perfectamente la intensidad del chocolate, mientras que la acidez refrescante y la cremosidad del helado hacen que el maridaje sea equilibrado y seductor.
Tarta de zanahoria: El perfil especiado y la textura húmeda de la tarta combinan con el carácter frutal y dulce del vino, ofreciendo una combinación cálida y envolvente que realza ambos sabores.