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En el corazón de Langhe, en Piamonte, nace el Langhe Nebbiolo de Roberto Voerzio, una de las voces más aclamadas de Barolo y Barbaresco. Voerzio es sin duda un nombre emblemático, sinónimo de calidad, de pureza varietal y de expresión fiel de terroir.
Ubicado en La Morra, el lugar más reconocido de Barolo, trabaja con métodos extremadamente rigurosos en el viñedo (bajos rendimientos, selección de uvas, vendimia manual) para dar luz a vinos que sean reflejo de aquel paisaje de colinas, suelos calcáreos-arcillosos y microclima tan particular en Langhe.
Este Langhe Nebbiolo 2020 es un ejemplo de la filosofía Voerzio pero en forma más directa y vivaz. Un vino que descubre toda la expresión de la Nebbiolo sin dejar de expresar frescura, pureza de fruta roja, delicadas violetas, sutiles toques de hierbas aromáticas y una estructura tánica muy elegante pero sin pesada aspereza. La acidez vivaza proporciona una extraordinaria jugosidad en boca, aumentando así tanto la complejidad como la capacidad de maridaje culinario de este vino.
Este Langhe es mucho más que una simple expresión varietal; es la antesala de los grandes Barolo, una muestra de la mano de Voerzio en estado puro, que proporciona tanto placer en la copa como una expresión genuina de Langhe en cada sorbo. Un vino destinado tanto a aquel que descubre el Nebbiolo como al más exigente de los aficionados.
VISTA: De color rojo rubí de intensidad media – baja, muy brillante y vivo en la copa, con reflejos granate en el borde. Limpio, de lágrima fina pero consistente, demostrando una estructura más madura de lo que podría parecer en un Langhe más básico.
NARIZ: Destacan en primer plano las notas de cerezas rojas, frambuesas y grosellas, muy frescas pero con una madurez en la fruta que proporciona complejidad. A continuación aparecen matices florales de rosas marchitas y violetas, junto con un sutil fondo de hierbas aromáticas, tabaco y una pizca de regaliz. La madera está muy bien integrada, sin dejar en ningún momento de destacar el carácter varietal de la Nebbiolo.
BOCA: De cuerpo medio, con una acidez viva que proporciona frescor y vivacidad en el paso en boca. Los taninos están muy pulidos pero presentes, de grano fino, ayudando así a dar estructura pero sin resultar astringente. La fruta roja vuelve a aparecer junto con toques de especies, hoja de tabaco y una sutil mineralidad en el final. La persistencia es prolongada, elegantemente frutal, con una agradable tensión en boca.
Brioche de vacío: La jugosidad de la carne junto con el toque dulce del pan reciben muy bien la acidez y la fruta del Nebbiolo. La madera muy sutil proporciona estructura pero sin restarle protagonismo al sabor de la carne.
Mollejas de Ternera: La textura de la molleja, crocante y suave por dentro, pero muy sabrosa, se deja destacar junto con la acidez del vino.
Entraña, Vacío, Bife y Ojo de Bife: La fuerza de la carne a la brasa se compensa con la acidez vivaz del Nebbiolo y sus taninos firmes pero muy pulidos, ayudando así a limpiar el paladar y preparar el próximo bocado.
Provoleta: La cremosidad, el punto fundente del queso, reciben muy bien la acidez frutal del Langhe Nebbiolo. Un inicio de comida redondo cuando empiezas a descorchar la botella.
Morcilla o Chorizo Criollo: La riqueza de estos embutidos, más grasos pero muy sabrosos, se compensa con el tanino vivo pero pulido y la acidez del vino.
Parrillada de verduras: La verdurita a la brasa —pimientos, cebolla, brócoli, tomates— tiene un punto ligeramente caramelizado y tostado que se deja llevar muy bien con las notas de cereza madura y florales de la uva Nebbiolo. Un maridaje más sutil pero muy acertado, ideal como acompañamiento de las carnes o como alternativa más ligera.
Canelón de Rabo de toro: La salsa concentrada, la carne melosa y el punto de la pasta están en plena armonía con el tanino maduro pero vivaz de este Langhe.
Tataki de ternera: La terneza de la carne junto a la costra de la cocción, reciben muy bien la acidez del vino, ayudando así a limpiar el paladar pero sin dejar atrás el sabor. Un match muy equilibrado, que pone en valor tanto el plato como el vino.