28,00 €
Valle de Uco, Mendoza – Argentina
El Crios Malbec 2022 es una expresión vibrante y contemporánea del varietal emblema argentino, elaborada por la reconocida enóloga Susana Balbo. Nacido en el corazón del Valle de Uco, a más de 1.000 metros de altitud, este vino refleja toda la frescura y elegancia que caracteriza a los vinos de montaña.
Con una elaboración cuidada, en la que parte del vino pasa 8 meses en barricas de roble francés de tercer y cuarto uso, se logra un equilibrio perfecto entre la fruta y la madera, respetando la pureza varietal y potenciando su perfil aromático.
Fiel al espíritu de la línea Crios , que representa el legado, el empuje y la mirada hacia el futuro de una madre y sus hijos, este Malbec es accesible, auténtico y con personalidad propia.
Ideal para quienes buscan un vino moderno, versátil y lleno de carácter, que se adapte tanto a una comida casual como a una experiencia gastronómica más elaborada.
VISTA: De color rojo rubí profundo con reflejos violáceos brillantes, que reflejan juventud y frescura. Capa media-alta, con buena densidad en copa.
NARIZ: Aromas intensos y expresivos, marcados por notas de frutas rojas y negras como cerezas, ciruelas y moras maduras. Aparecen delicados matices florales, especialmente de violetas, que aportan elegancia. El leve paso por barrica suma complejidad con toques sutiles de vainilla, pimienta negra y un fondo ahumado muy tenue.
BOCA: En boca es un Malbec jugoso, fresco y equilibrado. Entrada amable, con una acidez vibrante que aporta tensión y vivacidad. Los taninos son suaves, redondos y bien integrados, aportando una textura sedosa sin perder estructura. El perfil frutal domina, con una persistencia media-larga y un final limpio que invita a seguir bebiendo.
Tataki de ternera: Perfecto para resaltar las notas especiadas y frutales del vino, sin sobrepasar la delicadeza de la carne.
Brioche de vacío: La fruta del Malbec equilibra la untuosidad del vacío y el dulzor del brioche.
Mollejas: Frescura y acidez que limpian el paladar y contrastan con la textura y grasa de las mollejas.
Ravioli de bacalao: Un maridaje interesante por contraste. El vino aporta fruta y cuerpo que complementan el carácter salino y suave del bacalao.
Rabo de toro: Aunque es un plato más contundente, la acidez del vino ayuda a levantar el conjunto y limpiar la boca.
Provoleta: El contraste entre el queso fundido y la acidez frutal del vino es un clásico.
Tabla de quesos , morcilla, chorizo y jamón: El vino acompaña bien con chorizos, morcillas, o jamón curado, gracias a su frescura y especiado suave.