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Rosso di Montalcino D.O.C.
El Caprili Rosso di Montalcino 2019 nace exclusivamente de uvas Sangiovese Grosso cuidadosamente seleccionadas a mano en los viñedos de la propiedad, situados a una altitud de entre 300 y 350 metros sobre el nivel del mar. La fermentación se realiza de forma espontánea, utilizando levaduras autóctonas presentes de forma natural en la piel de las uvas, lo que permite preservar al máximo la identidad del terruño.
La maceración tiene lugar en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada durante aproximadamente 20 días, con remontados suaves para extraer color, estructura y complejidad sin perder la elegancia varietal.
Tras la fermentación maloláctica, el vino se traslada a grandes toneles de roble esloveno (de 30 a 50 hectolitros), donde envejece durante 12 meses. Esta crianza tradicional en madera grande aporta equilibrio y redondez sin enmascarar la fruta, manteniendo la frescura característica de la zona. Posteriormente, reposa en botella varios meses para afinar su perfil antes de salir al mercado.
Potencial de guarda: 5–7 años
VISTA: Rojo rubí brillante, con reflejos granates suaves
NARIZ: Aromas expresivos de frutos rojos frescos como cereza y frambuesa, con sutiles notas florales (violeta) y un fondo terroso que recuerda a bosque húmedo y especias suaves.
BOCA: Entrada fresca y vivaz, con taninos presentes pero muy pulidos. De cuerpo medio, muestra equilibrio entre fruta, acidez y estructura. El final es largo, con notas de cereza madura, té negro y un ligero toque balsámico.
Tataki: El equilibrio entre acidez y fruta roja del vino acompaña perfectamente la textura y el punto del tataki.
Rabo de toro: Su crianza en roble y taninos domados lo hacen ideal para platos de cocción lenta y sabor profundo.
Brioche de vacío: La estructura del vino corta la jugosidad del vacío y eleva la complejidad del plato
Solomillo con salsa de boletus: Maridaje ideal con la intensidad media del vino y sus notas terrosas.
Empanada de Carne: El frescor y el carácter frutal acompañan muy bien el relleno sabroso de carne especiada.
Entraña: La frescura del vino resalta la intensidad del corte sin tapar su sabor.
Bife de chorizo: La fruta roja y la acidez cortan bien la grasa del bife, haciendo un maridaje equilibrado.
Vacío: Perfecto por su perfil sabroso y jugoso, el Rosso lo acompaña sin robar protagonismo.
Provoleta o mollejas (como acompañamiento): Los toques tostados del queso y la untuosidad de las mollejas se equilibran con la acidez del Sangiovese.