42,00 €
IG Los Chacayes – Valle de Uco, Mendoza
Este vino es una oda a la pureza, la tradición y el carácter natural del terruño andino. Elaborado a partir de uvas Criolla Chica provenientes de parrales antiguos cultivados de forma agroecológica en Los Chacayes, a 1.100 metros de altitud, Kung Fu Criolla refleja la vitalidad y frescura de una variedad histórica reinterpretada con mirada contemporánea.
Sin herbicidas ni productos sistémicos, y con mínima intervención en bodega, las uvas fermentan espontáneamente en ánforas de arcilla, con un 50% de racimo entero y un 50% despalillado. La extracción es sutil, respetando el carácter jugoso y floral de la Criolla. La crianza continúa durante 8 meses en las mismas ánforas, sin sulfitos añadidos, sin clarificación ni estabilización.
El resultado es un vino vibrante, de alma libre, que habla con transparencia del paisaje mendocino y de la nueva generación de viticultores que apuesta por la autenticidad.
Un vino que se bebe casi como un jugo de fruta natural, ideal para quienes buscan vinos de mínima intervención, frescos y sin maquillaje.
VISTA: Rojo rubí muy claro, casi translúcido, con reflejos violáceos. Brillante y juvenil.
NARIZ: Aromas frescos y expresivos que recuerdan a frambuesas, cerezas silvestres y granada. Notas florales de hibisco y rosas secas, junto con un fondo herbal sutil y terroso que refleja su crianza en ánforas y su origen agroecológico.
BOCA: Entrada muy ligera, fluida y refrescante. Acidez vibrante que invita al siguiente trago. Taninos suaves y casi imperceptibles, con un cuerpo liviano pero con textura sedosa. El perfil es puro y directo, con una sensación jugosa y mineral. Final corto a medio, limpio y con eco de frutas rojas frescas.
Tataki de ternera argentina: La acidez y frescura del vino equilibran la textura y el umami del tataki, resaltando su carácter especiado sin opacar la carne.
Brioche de vacío: El dulzor del pan y la jugosidad del vacío armonizan con la fruta roja fresca y los taninos suaves del vino.
Empanadas: La ligereza del Kung Fu Criolla acompaña bien el relleno sabroso sin saturar el paladar.
Entraña o Vacío: Cortes con grasa moderada y gran sabor que se benefician de un tinto liviano con buen frescor.
Provoleta o Parrillada de verduras: Perfecta armonía vegetal y láctica con la frescura natural del vino.
Taco de costilla: El perfil especiado y ligeramente dulce del plato se equilibra con la fruta limpia y la textura aérea del vino.
Ravioli de bacalao: El frescor del vino corta suavemente la intensidad salina del bacalao, y su perfil ligero respeta la delicadeza de la pasta. Una combinación sabrosa y poco convencional, pero muy equilibrada.
Canelón de rabo de toro: Aunque el relleno es intenso, el contraste con el vino puede funcionar bien si se busca una experiencia más fresca y ágil.